No pensaba hacerlo, no pensaba publicar el típico post sentimental explicando todo lo que Turín me ha dado en estos años y de como ahora me siento un poco más piamontesa y los inviernos madrileños me parecen primaveras.
No quería caer en el sentimentalismo barato ni en la melancolía, pero esta mañana en pleno estrés entre el envío de currículums y las lecturas de los #papelesdeBárcenas he recibido uno de esos mails que no merecen quedarse en mi bandeja de entrada;
(…) Al abrirla es como si me hubieran dado una «guantá» de recuerdos…ZAS EN TO LA CARA…y mientras la leía me han pasado por la mente miles de buenos recuerdos que hicieron de ese año uno de los mejores años de mi vida.
Quizás hicisteis bien en iros y no volver a la ciudad del toro cuando acabó aquel año. Como cuando un deportista después de ganar trofeos se retira antes de asistir a su decaída física. O como cuando un cantante de los grandes muere cuando está en el punto álgido de su carrera y se convierte en un mito… vamos a lo Amywinehouse o a lo jimmy..
Porque aunque en torino sus calles y su cielo sigan siendo gris (pero de un gris que al final te acaba gustando) y su estampa vista desde Piazza Vittorio davanti alla gran madre siga siendo blanca en invierno, verde en primavera y amarilla en verano, la vida en torino no tiene el mismo color que entonces.
Porque me faltan mis lunes de lentejas con mis gordas escuchando Rocío Jurado, los cafés los días de crisis en via saluzzo, que el valentino fuera mi segunda casa, las patatas con limón y tabasco del wey, (…), que Ciro’s pasara de ser una simple pizzeria a una diskoteka (…) mientras los pizzaiolos subian el volumen y apagaban y cerraban las luces a modo de fiebre de sabado noche, (…) en definitiva… que por un año…la vida fuera un circo….
Pues eso, que en mis dos años de piamontesa Turín ha sido un circo, un circo de experiencias y de gentes que me llevaré conmigo, aquí o a la China popular… Y ahora que el proyecto de 4ºpiano se acaba y no tengo muy claro que será de este blog, por lo menos que quede claro que en una parte de mi corazoncito siempre seré un poco piamontesa.